Entrevistas asociados EMCC Spain Alfonso Muñoz-Cobo

Alfonso Muñoz-Cobo

Pasión por las personas

¿Cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar hasta aquí? 

Después de una carrera larga y muy feliz en el sector farmacéutico, con experiencias estupendas en compañías multinacionales, en puestos directivos muy relacionados con la función comercial (he disfrutado mucho de mi trabajo, me ha permitido vivir fuera de España, etc.), tocaba pensar en qué iba a hacer con mi tiempo. El coaching me pareció desde el principio una disciplina que me permitiría acompañar a las personas y estar cerca de ellas, cosa que siempre he disfrutado en mi trayectoria corporativa, y pensando que la profesión de coach iba muy bien con mi manera de pensar y actuar, decidí formarme lo mejor posible. 

¿Qué implica esta acreditación de EMCC a nivel de Senior Practitioner?  

EMCC llamó mi atención por las personas que acredita, de gran solidez profesional y muy serias en su manera de trabajar. Yo me he sentido siempre atraído por los campos académicos, profesionalmente bien organizados, y de solvencia. Esto me hizo en su día acercarme (y acreditarme) a ICF, de lo que he disfrutado y me he enriquecido. Por eso, en cuanto me hablaron de la necesidad de supervisión individual en EMCC, no dudé en querer saber más… y aquí estoy.

Actualmente trabajo como coach en entornos muy diferentes y quiero seguir dedicándome a ello en exclusiva, ofreciendo lo mejor de mí y mi profesionalidad allí donde pueda ser útil, desde el mundo corporativo hasta lugares donde no se puede pagar. Para ello es indispensable el buen hacer y el crecimiento profesional, razón por la cual decidí acreditarme en EMCC como Senior Practitioner (al igual que espero pronto acceder a la acreditación PCC con ICF) y de lo que me siento muy orgulloso.  

¿Cuáles son tus planes de futuro?   

Continuar mi carrera como coach, acompañando personas en sus logros y progresos, ya sea a nivel individual (personal o profesional) o colectivo (en equipos o grupos). De ello estoy haciendo una carrera que me permita acercarme a los ámbitos en los que me he desempeñado en mi vida corporativa. Paralelamente, me llama mucho la atención el Tercer Sector y la posibilidad de hacer accesible el coaching a quienes de otra forma no podrían llegar a él. 

¿Cómo ves el panorama del Coaching, del Mentoring o de la Supervisión en la actualidad?  

Creo que todo el esfuerzo que se haga para profesionalizar la labor del coach es poca. Hoy existe una gran confusión, en parte interesada, para desdibujar lo que hacemos los coaches. Hoy se concede importancia a experiencias formativas demasiado frívolas (y superficiales) que pretenden tener el mismo valor que una formación reglada. Además, todo el mundo es coach… eso sí, además de ser otra cosa: cantante y coach, cocinero y coach, modelo y coach… Una profesión poco regulada a veces tiene estos problemas de reconocimiento social.  

Creo que tenemos unos años duros por delante y que el coaching deberá emerger como disciplina propia sin necesidad de ampararse en otras áreas de ayuda profesional. 

¿Cuál es tu enfoque de Coaching y Mentoring? ¿Y el de Supervisión? ¿Cuáles son tus especialidades? 

Yo me formé como coach ontológico, por lo que el mundo de las palabras, la lingüística, las distinciones, son una parte esencial de mi práctica de coaching. Por haberme dedicado tantos años al mundo empresarial y haber comprobado que disfrutaba mucho de ocuparme de las personas, el coaching ejecutivo y personal estaba muy cerca de mi forma de ver las cosas.

La conducción de equipos ha sido un elemento habitual en mi carrera, por lo que entender la dinámica de grupos y equipos, facilita la aplicación del coaching a estos entornos. La supervisión vino a colmar un área a mi modo de ver indispensable en una disciplina como el coaching, de intervención con personas.

He de decir que las habilidades interpersonales ayudan en general en la vida y también en el coaching. Y yo creo tener algunas de esas habilidades. Mi actitud en el desempeño de mi profesión me ha permitido ver la utilidad de algunas de mis características adecuadas para el acompañamiento de personas; y una profesión que forma y entrena en ello se me presentó como ideal. El resto es estar abierto a ver, a sentir y a hallar aquellos lugares y ámbitos donde el coaching vaya abriendo fronteras y tenga algo que aportar, cosa que todos dicen será muy necesario en el nuevo mundo de cambio en que estamos embarcados. Ojalá seamos útiles todos los profesionales -prescindiendo de nuestro origen- y contribuyamos a hacer y dejar un mundo mejor. 

¿Cuáles son tus mejores cualidades como coach, mentor o supervisor?  ¿Qué es lo que tú aportas de forma distintiva en los procesos de Coaching, Mentoring o Supervisión?  

Es difícil que uno mismo se defina, sobre todo para decir lo que mejor hace (y en una profesión en la que no se acaba nunca de formarse). De hecho, creo que lo mejor es repescar cuales son las cualidades que tus propios clientes destacan tras una relación profesional contigo. Y en ese caso yo destacaría: capacidad de escucha, experiencia vital, buenas habilidades interpersonales, sentido del humor y tal vez una visión del mundo en valores. 

Un consejo para quienes se plantean acreditarse por EMCC 

Aunque como coach no me gusta dar consejos, puedo contaros algunas de las cosas que yo he encontrado en EMCC: estructura académica seria, áreas de especialización, variedad en los temas de interés y sobre todo y ante todo, buenos profesionales, actividades de nivel y espíritu de comunidad y pertenencia. Además, para mí, descubrir el mundo de la supervisión fue todo un hallazgo y me fascina ver en qué consiste y como funciona. Si en EMCC se habla de todo ello, yo quiero estar ahí.